¿Qué es un portaminas o lapicera? En esencia nos encontramos con un lapicero «evolucionado», con distintas mejoras mecánicas que facilitan su funcionamiento y permiten una mayor durabilidad.
El portaminas, lápiz mecánico o lapicera es una de las últimas incorporaciones a los escritorios, fruto de adelantos tecnológicos que han permitido configurar una herramienta flexible, práctica y asequible.
Básicamente está constituido por una carcasa similar a la de un bolígrafo o lapicero, en cuyo interior alberga un mecanismo que permite exponer la punta de las cargas de grafito a medida que se van gastando. Éstas son el material fungible y reemplazable de una lapicera.
En este instrumento se reúnen las ventajas del lápiz y la estética de instrumentos más sofisticados, para dar como resultado un producto perfecto para realizar la actividad para la que fue diseñado: realizar trazos regulares la forma más cómoda y precisa, con un balance estable y un cuerpo sólido.
Breve historia de la lapicera
El precursor del portaminas fue desarrollado por un naturalista y bibliógrafo suizo llamado Conrad Gesner alrededor del 1565. Este consistía en un agarre cilíndrico con una barrita de grafito insertada que había que ajustar y afilar de forma manual cada vez que se iba a emplear para escribir.
El primer lapicero con un mecanismo que impulsaba una mina reemplazable se patentó en 1822 en Gran Bretaña, a nombre de Sampson Mordan y John Isaac Hawkins. En 1837, Mordan fundó la empresa S. Mordan & Co, que continuó fabricando lápices mecánicos hasta la Segunda Guerra Mundial. En las siguientes décadas el «invento» fue mejorado continuamente: entre 1822 y 1874 se solicitaron más de 160 patentes, que evidencian el interés que suscitó este nuevo instrumento de escritura.
Ya en 1877 aparece el portaminas de resorte y en 1895 se patenta un mecanismo de exposición de la mina por giro.
Unos añas más tarde, en Estados Unidos Charles R. Keeran desarrolló un lapicero con mecanismo de carraca.
Como curiosidad, en 1915, Tokuji Hayakawa desarrolla un portaminas muy funcional basado en un mecanismo de tornillo al que llama «Ever-Ready Sharp Pencil» (Lápiz siempre listo y afilado), que fue todo un éxito. Su compañía creció y evolucionó hasta ser la firma de productos electrónicos Sharp.
La siguiente gran evolución se puede fechar en 1939, cuando aparecen las minas ultra delgadas.
¿Para qué se utiliza el portaminas?
El portaminas es empleado ampliamente tanto para la escritura como para el dibujo técnico, aunque también tiene su utilidad en el dibujo artístico.
Y es que, hablando específicamente de nuestra afición, nos encontramos con un instrumento de escritura limpio, equilibrado y fiable al que únicamente se le puede achacar cierta falta «imaginación» por lo constante de sus trazos así como la menor durabilidad de su escritura respecto a las que son realizadas con tinta.
ventajas de usar lápiz mecánico
Dado que el principal dilema será el decidir usar lapicera o lápiz tradicional, veremos las diferencias entre estas dos herramientas, y que características nos pueden hacer decantarnos por el más moderno lápiz mecánico (mechanical pencil):
- La principal ventaja es que no es necesario sacarle punta ya que podemos ir extrayendo la carga del depósito a medida que se gasta.
- La herramienta propiamente dicha una duración indefinida.
- Ya hemos hablado de sus trazos fiables, bien perfilados y siempre con el mismo grosor.
- Es una herramienta limpia, tanto para el medio ambiente, ya que su proceso de fabricación y componentes son poco contaminantes, como para nuestro escritorio, cartera o ropa: nunca encontraremos un pequeño desastre producido por nuestra lapicera.
- Tiene una imagen versátil y práctica que encaja en todos los ambientes, con acabados que se asemejan a un lapicero tradicional o bien a bolígrafos/rotuladores de diseño.
cómo elegir un portaminas
Se pueden valorar dos aspectos básicos: el funcionamiento/ergonomía y la composición/calidad de las minas de grafito.
En cuanto al funcionamiento, se parte de los estándares que todo portaminas cumplirá, incluso los más básicos: la capacidad de escribir o dibujar al tiempo que vamos sacando la mina con pulsaciones en la parte superior.
A partir de ahí podemos encontrar diversos añadidos o mejoras que pueden resultar decisivas según el nivel de «mejora» que queramos alcanzar:
- Grado de regulación de la longitud de la mina: en los modelos más avanzados podemos regular exactamente cuanto sobresale la mina, la cual quedará firmemente sujeta. Mientras, en los más básicos, la mina se va exponiendo a «saltos» de longitud determinada.
- Amortiguación de la mina: ciertos modelos presentan un pequeño muelle interior que absorbe la presión de la mina dificultando su rotura.
- Facilidad de agarre: es habitual que se incorpore una zona rugosa o de goma en la zona de agarre para facilitar una escritura de precisión y sin deslizamientos indeseados.
- Borrador: la norma es que que porten una goma de borrar en el extremo superior, haciendo de tapa del depósito de las minas.
- Peso y equilibrio: hay que evitar las piezas muy pesadas que nos resultarán cansadas para usos prolongados. Del mismo modo, un buen equilibrio del peso facilita la dinámica de la escritura.
- Estética: es importante que se adapte a nuestros gusto o al entorno en que lo vayamos a usar.
En cuanto a la mina, está compuesta por grafito y arcilla o polímeros plásticos, siendo muy parecida a la de los lapiceros tradicionales. Cuanto mayor sea la calidad de estas menos frecuentes serán las incómodas roturas. Las características básicas de las minas son:
- Grosor: los más habituales son 0,5 mm, 0,7mm y 0,9 mm. Cuanto más gruesa es la mina más resistente a roturas.
- Dureza: aunque hay una gran variedad, para escribir los más recomendados son los de dureza B, HB y H, con un trazo de más oscuro a más claro.
Lo normal es que un modelo acepte únicamente un grosor de carga, aunque se puede encontrar alguno más avanzado que admite cargas de diferentes tamaños.
Terminamos así el repaso por esta herramienta que no todo el mundo tienen en mente a la hora de valorar posibilidades a la hora de escribir, pero que también tiene un considerable grupo de seguidores que la consideran el intrumento ideal para sus exigencias.
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