
Una buena forma para aprender a escribir con una bonita letra, es practicando con tipografías que nos inspiren. Las hay para todos los gustos y cada una aporta un mensaje diferente.
Gracias al crecimiento de la práctica de la caligrafía que se ha visto en los últimos años, tenemos a nuestra disposición gran diversidad de tipos de letras para escribir a mano.
Lo cierto es que las redes sociales han tenido mucho que ver en esta difusión de ideas y posibilidades al permitir compartir una afición que anteriormente era frecuente practicar de manera íntima, pero que ahora se puede saborear en compañía de otros aficionados.
El resultado es la aparición de una extensa gradación de estilos que van desde la escritura manual (de uso diario y más preocupada por la practicidad) a la caligrafía (artística y más enfocada en la forma), con fronteras no siempre bien definidas.
Así, usamos letras especiales para nuestros diarios, para apuntar una cita interesante, rotular titulares, plasmar nuestros pensamientos, etc.

Una vez nos entra el gusanillo con esa escritura que presta más atención a la belleza de la letra, empezamos a investigar nuevos estilos para probar, aunque hablando de escritura manual las opciones que se sugieren habitualmente se reducen a dos: letra de imprenta y cursiva.
Para ampliar ese horizonte, probando y disfrutando nuevos tipos de letra, hemos diseñado este artículo donde veremos cómo usar tipografías (digitales) para desarrollar una escritura personal artística y armoniosa.
Comenzamos aclarando un par de conceptos:
TIPOGRAFÍAS: DEFINICIÓN Y CLASIFICACIÓN
dEFINICIÓN
Aunque antiguamente fuentes y tipografías (en inglés fonts y typefaces), se referían a conceptos diferentes, desde que se generalizó su uso digital muchos usuarios, e incluso profesionales, las usan indistintamente para referirse a un conjunto de caracteres diseñados específicamente para ser usados en medios digitales.
Ahora bien, si son letras creadas para emplearlas en formato digital ¿por qué utilizarlas para mejorar nuestra caligrafía?
En primer lugar debido a que han sido diseñadas por profesionales que buscan una coherencia de estilo y proporción entre todos los caracteres, basándose en tradiciones caligráficas/tipográficas de largo recorrido.
En segundo por la facilidad para descargarlas e imprimirlas para usarlas como modelo.
CLASIFICACIÓN
A los profanos, la distinción básica que reconocemos fácilmente es la que divide entre tipografías serif y sans serif. Esto es, con serifa, o remate, o sin él (más adelante profundizaremos en ambas).
En esta distinción se basa la primera clasificación tipográfica sistemática propuesta por Francis Thibaudeau en 1921, a la que posteriormente añadió un tercer grupo para incluir las fuentes que no encajaban en ninguno de esos epígrafes.
No obstante, la gran diversidad que fueron acumulando las tipografías gracias a la creación de nuevos diseños, derivaron en la necesidad de adoptar una nueva y más compleja metodología de clasificación. Así, en 1952 Maximilien Vox establece tres familias principales: clásicas, modernas y caligráficas, ordenadas en 9 subdivisiones.
Con el paso de los años, ésta clasificación se ha ido completando, de forma que una de las revisiones más aceptadas añade otra familia, lineales, quedando ordenadas las cuatro grandes familias en 11 subdivisiones.
Para profundizar en el tema puedes visitar este artículo de la Universidad Oberta de Catalunya, o este otro del blog de Canva (software de diseño digital).

No obstante, una clasificación más sencilla y práctica, suficiente para nuestros intereses, es la que distingue entre cuatro grandes grupos, como bien explican en la web sobre tipografía tiposformales.com. Profundicemos un poco en ella:
Tipografías Serif (Con Serif o Roman)
Las fuentes serif provienen de la época en que las letras se tallaban en bloques de piedra. Puesto que era muy complicado que los bordes quedasen rectos, se remataban con un pequeño trazo.
También fueron las primeras que se usaron tras la invención de la imprenta. Los estilos principales son: romanas antiguas, romanas modernas, egipcias y slab.
Ejemplos clásicos serían fuentes como Times New Roman, Garamond o Book Antigua.
Las Serif se perciben como tradicionales, elegantes y formales. No obstante, su utilización en la escritura manual, dado que requiere cierta pericia y cuidado en su realización, se reserva para titulares, citas o anotaciones especiales.
Para ilustrar este artículo he usado los hermosos trabajos que amablemente me han proporcionado @papishdama y @nomlenom.
Sans Serif (Sin Serif o Paloseco)
Aunque se han usado también desde la antigüedad, por mucho tiempo fueron consideradas como una manifestación más primitiva y pobre que las serif, de ahí que se las calificase como grotesque o gothic (grotescas o góticas), adjetivos de connotación peyorativa.
Su popularidad emerge en el XIX, impulsada por círculos intelectuales románticos que asocian su uso con la modernidad, considerándolas una forma más eficiente y clara de representación escrita que las serif.
¿Sabías que… ?, una de las escrituras tipo sans serif más antigua de la que se tiene noticia aparece en la piedra Rosetta, descubierta por los franceses en la incursión napoleónica en Egipto, lo que ayudó al impulso del uso de estas tipografías. Puedes ampliar información en este artículo (en inglés).
Dado la gran variedad que también acumula este epígrafe, podemos subdividirlas según su propuesta estética básica en: Redondas, Condensadas, Geométricas y Modernas como propone Paoperez su artículo sobre la personalidad de las tipografías.
Redondas: son fuentes redondeadas que gracias a sus formas suaves consiguen una apariencia cercana y desenfadada.
Ejemplos: Somatic, Comfortaa, Arciform.
Condensadas: estas tipografías son más estrechas de lo normal, lo que les da un aspecto más rígido y sofisticado, con personalidad. Es conveniente usarlas con cierto espacio entre letras para resaltar el efecto.
Algunas de ellas son Anton, Roboto Condensed, PT Sans Narrow.
Geométricas: combinan proporciones que aportan estabilidad y dinamismo, lo que les confiere una estética en ocasiones futurista. Aportan una discreta elegancia al texto.
Podemos encontrar familias clásicas como Futura, Century Gothic y algunas más modernas como Geometría, Atami, Geomanist.
Modernas: proponen letras más neutras y de vocación profesional. Se adaptan a cualquier situación aunque pueden pecar de falta de personalidad.
Algunos ejemplos: Univers, Frutiger, Montserrat o Releway.
En definitiva, las fuentes Sans Serif evocan modernidad, seguridad, neutralidad y minimalismo. Por ello son muy apropiadas para actualizar nuestra letra de imprenta. Entre su enorme variedad seguro que encontramos algún estilo que se adapte justo a lo que buscamos.
Cursivas (o Script)
Fuentes que están inspiradas en caligrafía real. Muestran la fluidez y personalidad de la escritura manual.
Podemos encontrar modelos clásicos y juveniles, con ligadura o sin ella. Como ejemplo podemos señalar la Parisienn, Chopin Script o la Lynotipe Zapfino.
Este tipo de fuentes quizás sean las más propicias para encontrar inspiración, tanto en letra cursiva (con ligadura) como redonda o de imprenta, ya que como hemos visto, adoptan las formas naturales de la auténtica escritura manuscrita.
Decorativas (o Display)
Fuentes con mucha personalidad para usos específicos. Debido a su enorme diversidad y a que están muy asociadas al medio digital, es más complicado encontrar buenos ejemplos para modelar nuestra escritura.
¿Qué fuente elegir?
En definitiva, para elegir ese tipo de letra que de mayor vistosidad y belleza a nuestros escritos, podemos responder a las siguientes preguntas:
¿Quéremos dar un mensaje especial? ¿los escritos son íntimos o los leerán otras personas?
Para nuestros escritos personales somos libres para experimentar libremente; probar un número mayor de fuentes, combinarlas y dar rienda suelta a nuestra capacidad artística. Podemos reservar una tipografía especial para citas o encabezados mientras que las entradas en el diario o anotaciones sueltas se plasman con una fuente más sencilla.
En aquellos que leerán otras personas, debemos considerar con más atención el mensaje que proporcione la fuente elegida.
Así, en el ámbito laboral puede ser más conveniente una pulcra, espaciosa y amplia sans serif o script, donde prime la claridad y la facilidad de lectura, mientras que si tenemos pensado enfocarnos hacia el lado artístico y, tal vez, compartir nuestras creaciones en redes sociales, estamos «obligados» a romper barreras, soltar la mano y la imaginación con formas más y colores más personales, asociados al estado de ánimo o al mensaje. Tampoco debemos olvidar el cómo una tipografía determinada puede añadir una capa extra de significado.
¿Rapidez y/o facilidad de lectura?
Si queremos escribir con una letra armoniosa y clara pero en ocasiones necesitamos hacerlo rápido, es mejor usar dos tipos de letra. Avanzar de forma ágil y con una estética cuidada es difícilmente compatible.
Hay para quién la escritura cursiva, con cierta inclinación y letras ligadas, funciona mejor a la hora de escribir largos textos, mientras que otros escritores/as no acaban de sentirse cómodos con ella. Eso sí, su legibilidad suele ser inferior a la de la letra de imprenta.
Nota: sé que puede generar confusión, pero en este artículo hablamos de dos «mundos». El de las tipografías, con los epígrafes comentados (sans serif, serif, cursiva-script) y el de la distinción estándar de la escritura manual entre letra de imprenta y cursiva. Mientras que en las tipografías cursiva-script podemos encontrar fuentes con y sin inclinación o ligadura, la escritura manual cursiva siempre se asocia con letra inclinada y ligada.
Títulos, encabezados y mayúsculas
Cuando usemos mayúsculas o al escribir fragmentos de texto de otra categoría, la relación con el cuerpo del texto puede ser de contraste, si usamos una fuente diferente, o de complementariedad, si empleamos la misma.
Tamaño y espaciado
Estos son elementos con los que podemos jugar a voluntad una vez elegida la tipografía deseada. Y es que a veces no nos damos cuenta de la gran importancia del tamaño de la letra y el espaciado del texto en la impresión que recibe el lector, aunque seamos nosotros mismos.
Simplemente aumentando unos milímetros el tamaño de nuestros caracteres, puede haber un mundo de diferencia en cuanto a legibilidad y efecto de amplitud.
Respecto al espaciado, hay que cuidar desde los márgenes a la separación entre párrafos, palabras y letras (si los hay). Personalmente considero que más allá de tomar apuntes u otras tareas eminentemente prácticas, cualquier escrito gana con la luminosidad que crea el papel, lo que da una sensación de orden y relajación que aporta enteros al resultado final.
DONDE CONSEGUIR TIPOGRAFÍAS
Vamos a seguir las recomendaciones de un experto, Daniel Rodríguez de tipografíadigital, para señalar los sitios online en los que encontrar las tipografías que más nos pueden ayudar:
GRATUITAS
Aunque Dafont es el repositorio más utilizado, la calidad de muchas de sus fuentes es bastante discutible. Son mucho más recomendables FontSquirrel y Google Fonts.
Recuerda visitar nuestra página con ejercicios y plantillas de práctica.
PREMIUM
Para encontrar tipografías más exclusivas y elaboradas se puede usar Myfonts, el mayor mercado de fuentes del mundo.
¡Ah!, y estad atentos porque en breve sacaremos unas hermosas plantillas premium, elaboradas por Las herramientas del escritor, basadas en la caligrafía de personalidades del mundo de la cultura.

En conclusión, las tipografías pueden convertirse en una gran herramienta para mejorar nuestra letra gracias a su gran variedad de diseños auténticamente inspiradores, y a su capacidad para servirnos de modelos gracias a su consistencia.
Y tú escritor/a ¿qué fuente te gustaría probar? ¿preparado para dar un nuevo impulso creativo a tus escritos?
Estaré pendiente a vuestros comentarios. Hasta pronto.
Muchas gracias por contar conmigo para colaborar en esta ocasión. Es un placer ?
¡Para mí también! Creo que ha quedado un artículo bonito, sobre todo gracias a esos textos con tanto arte que nos has regalado.
Me encanta escribir, especialmente a mano. El noble arte de la escritura tiene poderes infinitos. Gracias por compartir este bonito e interesante artículo.
Gracias a ti por tu comentario. Es muy agradable encontrar personas entusiasmadas con la escritura.