La ópera espacial (space opera) es un género literario de dimensiones gigantescas gracias a la multitud de protagonistas, de mundos por descubrir y a la extensión de unas obras que exploran las profundidades del espacio… y del ser humano.
Indudablemente, uno de los ejes temáticos en torno a los que gira uno de los grandes géneros literarios modernos, la ciencia ficción, es la conquista del espacio.
Si bien la Hard SciFi (Ciencia ficción dura) encara esa posibilidad desde una perspectiva con una fuerte base científica, es la ópera espacial (space opera) la que ha cautivado a la mayor parte del gran público debido a su complejidad y la variedad de temas tratados.
Este género no es nuevo: nació en la literatura pulp de la década del 20 al 40 del pasado siglo. Entonces, héroes y villanos estereotipados luchaban entre sí, pero los caballos y los rifles pacificadores del Lejano Oeste se cambiaban por naves espaciales y pistolas laser.
Con el tiempo las tramas, los personajes e incluso la intención de las óperas espaciales cambió. Se tornaron complejas, pero igual de divertidas y emocionantes.
Las primeras óperas espaciales
El término space opera fue acuñado por el escritor Wilson Tucker en 1941, cuando comparó de forma despectiva a las novelas de aventuras espaciales con las radionovelas dramatizadas. Estas ultimas eran conocidas como soap opera u ópera de jabón, porque estos precursores de los culebrones de hoy en día eran patrocinados por marcas de productos de limpieza.
Ya se conocía el término western operas (referido a las novelas pulp del Salvaje Oeste). Pero, lejos de ofenderse, los amantes de la hasta entonces llamada super-science epics (ciencia ficción épica) adoptaron el calificativo, que se ha conservado hasta nuestros días.
Así pues, en esta primera etapa las space operas se podían definir como historias de aventuras con escenarios futuristas que tienen lugar en el espacio exterior. En pocas palabras, es la continuidad de la novela de aventuras en el espacio.
Esta traslacción sin demasiada profundidad proporcionó una fama mediocre al nuevo género. Y es que salvo autores como Skylark Smith, Leigth Bracket, Edmond Hamilton, o el insigne Asimov con su saga La fundación, los títulos que se englobaban en el nuevo género eran bastante pobres desde una perspectiva literaria. No obstante, la ópera espacial tuvo la virtud de catapultar la popularidad de la ciencia ficción.
La madurez del género
La corriente New age en la ciencia ficción de la década de los 60 del siglo pasado desplazó a la ópera espacial, pero no la borró del interés del público. Más que decaer, este fue el momento en que el incipiente género se armo de mayor complejidad y calidad literaria, sin dejar de perseguir su objetivo principal: entretener.
Termina en estos años de asentar sus características más distintivas:
- Dimensiones colosales en todos los ámbitos, desde los sistemas planetarios en que se desarrollan las tramas, a la multitud de actores y facciones que las animan, que suelen incluir razas alienígenas y robots.
- Profundidad de la trama, donde se plantean cuestiones de hondo calado filosófico o metafísico.
- Gran extensión de la obra; debido a las posibilidades que ofrecen los nuevos mundos creados, la obra fundacional suele derivar en sagas con varios volúmenes.
- Descripción detallada de tecnologías, formas de vida avanzadas, que resulten creíbles y den vitalidad al relato. Por ejemplo, es imprescindible que los viajes interplanetarios o estelares sean casi inmediatos para que el desarrollo de la trama.
Así, el género se despoja definitivamente de la connotación negativa que tenía como literatura de baja calidad e irrumpe con fuerzas renovadas. Ejemplos de autores destacables en este periodo que trabajaron la aventura espacial con notable calidad sobran. Por mencionar dos, saltan a la memoria obras como El invencible de Stanislaw Lem o Tropas del Espacio de Robert Heilen.
Además, vemos que el alcance del fenómeno de las óperas espaciales se va expandiendo. Ya no se limita a la literatura, sino que inunda la televisión y el cine con títulos como 2001: una odisea en el espacio, Star Trek, Battlestar Galactica o la saga de Star Wars, franquicias que siguen cosechando éxitos y seguidores hasta nuestros días.
También el mundo de la animación vió como se desarrollaban producciones de gran calidad como Ulises 31, Titán A.E., Macross o Crucero espacial Yamato.
la ópera espacial en La actualidad
El relanzamiento de la carrera espacial en el siglo XXI a manos de corporaciones privadas, los avances en la tecnología, la intención de establecer bases permanentes en la luna y colonizar Marte han reavivado el interés en las óperas espaciales en los últimos años.
Y es que la conquista planetaria del sistema solar es una promesa que puede alcanzarse en futuro relativamente cercano. Así, éste género serviría para adelantarse a los acontecimientos y permitirnos pensar sobre el impacto y los conflictos que a todos los niveles tendrá dicho proceso.
Un gran ejemplo lo encontramos en The expanse, serie de televisión donde se contempla una humanidad que ya ha colonizado varios planetas y el cinturón de asteroides. Las posibilidades que se abren con las innovaciones tecnológicas, los recursos disponibles y la dimensión de las fuerzas listas para entrar en conflicto son ilimitadas.
El universo creado para la serie se basa en una saga de novelas —seis hasta el momento—, firmadas bajo el seudónimo James S.A. Corey, tras el que encontramos las manos de Daniel Abraham y Ty Franck, dos prestigiosos escritores que son además guionistas de la serie:
- El despertar del Leviatán
- La guerra de Calibán
- La puerta de Abadón
- La quema de Cíbola
- Los juegos de Nemesis
- Las cenizas de Babilonia
Recomendaciones
Finalizamos recordando cuatro de las grandes obras del género de ópera espacial que reúnen lo mejor de su esencia, convertidas ya en clásicos intemporales:
La fundación (Isaac Asimov)
Si hay una saga de ópera espacial a la que se le pueda considerar un auténtico mundo paralelo, es ésta; la obra de toda una vida, escrita por el genio de Isaac Asimov a lo largo de décadas.
En una serie de libros, narra la situación de una humanidad que se ha expandido por multitud de planetas creando un auténtico imperio pero que, según la previsión de un matemático, se enfrentará de forma inminente a una caída en el caos del que no saldrá en milenios.
La fundación es una organización paralela surgida en los confines imperiales que intentará mitigar en lo posible esa era de oscuridad, la cual pronto se ve enfrentada a grandes desafíos.
El núcleo de la historia se desarrolla en la trilogía de la fundación:
Dune (Frank Herbert)
La mítica serie de seis novelas comienza con Dune, nombre que posiblemente hayáis escuchado antes y que ha inspirado una superproducción cinematográfica que se estrena este año.
Es una novela que atrapa a la primera y abre paso a una historia que narra el destino de la Casa Atreides durante miles y miles de años en las que temas cómo los valores, la ecología o la religión son contemplados desde un incisivo punto de vista. Todo ello desarrollado en el particular planeta que da título a la saga: Dune.
La saga continúa con:
La saga de Ender (Orson Scott Card)
Esta serie comienza con El juego de Ender, ganadora de los Premios Nébula y Hugo a la mejor novela de ciencia ficción en 1986. En él, el autor nos muestra un mundo futuro donde la humanidad está amenazada por una raza alienígena, encontrando en el adiestramiento militar de niños con capacidades especiales para la futura guerra de liberación, la esperanza de salvación.
Le continúan:
La serie de Miles Vorkosigan (Louis McMaster Bujold)
La autora, Louis McMaster Bujold, ha recibido tres veces el Premio Nébula, tres el Locus y cuatro el Premio Hugo por novelas pertenecientes a esta serie.
Ésta narra las peripecias un aristócrata (Miles) con deformaciones físicas que suple con un gran ingenio militar que le permite progresar rápidamente en un universo único cargado de acción con imperios enfrentados, donde se exploran las posibles evoluciones de la sociedad humana “extraterrestre” o los dilemas morales a los que nos enfrentaremos. Todo ello aderezado con un peculiar sentido del humor.
Las peripecias del carismático personaje comienzan en El aprendiz de guerrero aunque cuenta con dos precuelas donde se narra la historia de la familia y otras doce novelas, cada una de ellas historias completas que se pueden leer independientemente. Aunque hay quién recomienda empezar a leer directamente por el aprendiz de guerrero, los aficionados más puristas proponen que se siga el discurso temporal más lógico, que sería:
- Fragmentos de honor
- Barrayar
- El aprendiz de guerrero
- Fronteras del infinito
- El juego de los vor
- Cetaganda
- Ethan de Athos
- Hermanos de armas
- Danza de espejos
- Recuerdos
- Komarr
- Una campaña civil
- En caida libre
- Inmunidad diplomática
- Criópolis
Aunque la ciencia ficción es un género que a ciertos lectores les puede resultar distante o artificial, lo cierto es que resulta el campo idóneo para debatir acerca de verdades profundas, de conflictos y posibilidades que no se podrían abordar en un escenario más cercano y convencional.
Las óperas espaciales llevan esa capacidad de aumentar nuestros horizontes mentales, a un grado superlativo… como todo en ellas.
Y tú, seguidor/a de esta página, si tienes alguna obra favorita de space opera que no mencionamos en este artículo, déjanos un comentario para descubrirla juntos.
Hasta nuestro próximo encuentro.
Me llamo Álex Padrón y soy un escritor compulsivo: a mano, a máquina, en ordenador, en mi cabeza…lo que importa es seguir contando historias. Y si no estoy escribiendo, lo más posible es que lea. ¡Nos vemos en mi choza!
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