
Recorrido por las características del papel, centrándonos en aquellas decisivas para lograr un acabado excepcional que aproveche todas las cualidades de nuestra estilográfica.
Si estás leyendo esta guía, seguramente habrás pasado por el resto de las fases que acaba recorriendo todo principiante en el mundo las estilográficas.
Así, al dar los primeros pasos en esta afición nos hacemos con una llamativa pluma y empezamos a practicar ilusionados. Luego descubrimos el apasionante mundo de las tintas y, finalmente, nos encontramos pensando en qué papel será el más adecuado para realzar aún más el acabado de nuestro trabajo.
Y es que pluma, tinta y papel trabajan en equipo. Todos deben tener la calidad necesaria para lograr buenos resultados pero en ocasiones, el soporte para nuestros escritos puede resultar el más decisivo: una pluma modesta puede escribir de forma muy aceptable. También existe una gran variedad de tintas asequibles con garantía de un buen funcionamiento. Ahora bien, hablando de papeles donde la variedad es ingente y es muy raro encontrar formatos específicos para estilográficas, la elección del soporte ideal requiere una cierta consideración.
Por eso, el objetivo de este artículo es presentarte las diferentes características del papel para poder tener claro cuáles se adaptan mejor a tus expectativas. ¿Vamos?
¿EXISTE PAPEL especial PARA ESTILOGRÁFICAS?

Lo cierto es que no se elaboran papeles en exclusiva para su uso con pluma, aunque hay algunos que parece que sí lo fueran dado los excelentes resultados que ofrecen (a un precio, claro está).
No obstante, comenzaremos señalando las cualidades básicas que debe presentar todo papel para que nuestros escritos presenten un acabado, cuanto menos, aceptable:
- Ha de soportar bien la naturaleza acuosa de la tinta, de forma que se eviten “en gran medida” problemas como capilaridad, traspaso y sangrado de la misma.
- Debe proporcionar una experiencia de escritura sea placentera, con nuestra pluma fluyendo sin dificultades sobre su superficie.
DEFINe TU PAPEL IDEAL
Antes de continuar, hay dos aspectos que debes recordar a la hora de encontrar esa combinación óptima de elementos que te dará grandes satisfacciones:
- El resultado final, como ya he mencionado, depende de la combinación pluma-tinta-papel. No obstante, el evitar acabados a simple vista deficientes depende en gran medida del plumín (su grosor o punto) y el papel. A mayor cantidad de tinta, más capacidad de “aguante” debe tener el soporte.
- Tirando de este hilo podemos decir que no existe un papel ideal, o que existen muchos, según como se quiera ver. ¿A qué me refiero? Pues a que cada combinación de pluma-plumín y papel dará un resultado diferente. Así, la tinta tiene cierta influencia aunque su comportamiento resulta más previsible, pero un cuaderno puede “funcionar” perfectamente con una pluma de punto F, pero no soportar el torrente de tinta de un plumín stub 1.1, o bien tardar demasiado en secar si se quiere escribir apresuradamente, etc.
En definitiva, la elección del papel es un asunto bastante personal. Nadie mejor que tú va a saber en que situaciones lo vas a emplear, qué resultados esperas obtener o el nivel de exigencia en asuntos como la suavidad de la escritura o la rápida absorción de la tinta.
Comencemos pues con dos sencillas cuestiones que nos ayudarán a perfilar ese “papel ideal”:
¿Para qué vas a usarlo?

Seguramente sea una continuación de lo que ya vienes haciendo; tomar anotaciones sobre diversos temas en folios que luego archivarás, llevar un diario o incluso puede que tengas en mente volver a escribir cartas a mano.
Teniéndolo en cuenta tendrás claro que formato de papel será el más adecuado (encuadernado o suelto), el tamaño y la presentación (cuadernos “escolares”, libretas de diseño, diarios, etc).
¿a qué cualidad le das más importancia?
Comprenderás mejor a que me refiero cuando leas el siguiente apartado y veas todos los posibles comportamientos que se pueden esperar del papel. De momento, hay cuestiones básicas que se pueden ir considerando: ¿necesitas que la tinta seque rápido o vas a escribir en tus momentos de relax?, ¿quieres un papel en el escribir por las dos caras sin problemas?, ¿sueles utilizar un patrón determinado, como líneas o cuadros?
Como ves, hay diversas variables a considerar, pero intentaré dejarlas bien definidas para que puedas dar con la opción más adecuada.
características
Ahora llega el momento de revisar las propiedades de nuestro soporte, las cuales permitirán traer a la vida los detalles que hacen única cada escritura. Algunas son decisivas para un buen resultado, mientras que otras dependerán de nuestros gustos:
gramaje o grosor
El gramaje indica la densidad de las fibras que componen el material. Se mide en gramos por metro cuadrado: g/m2 o simplemente g.

Esta cualidad determina:
- El grosor del papel. Hay quienes prefieren papeles finos aún a costa de poder usarlos solo por una cara (obteniendo a cambio cuadernos más finos y portables), mientras que otros se sienten más confiados con papeles consistentes.
- La capacidad de absorción. Esta es una cuestión complicada. Es habitual considerar que los papeles de más alto peso, 90 g y superiores, tienen la consistencia suficiente para soportar casi cualquier cantidad de tinta sin presentar traspaso o sangrado en el reverso.
Lo cierto es que esta condición se ha de cumplir en los papeles absorbentes o no satinados, los cuales contienen la tinta impregnando sus fibras. Este comportamiento evita el traspaso de la tinta al reverso pero a cambio genera dispersión o capilaridad en el trazo, lo que deriva en la perdida de calidad (finura) de nuestro trabajo.
acabado
El acabado del papel remite a la forma de fabricación, que puede clasificarse en:
- Poroso (áspero) o no poroso (satinado): esta cualidad determina el nivel de absorción y la sensación al escribir. Se deben evitar papeles muy absorbentes ya que, como hemos visto en el apartado anterior, tenderán a empaparse de tinta y desvirtuar el trazo. Este riesgo disminuye al aumentar el satinado, que hará que nuestro plumín se deslice sin apenas esfuerzo realzando cualidades de la tinta como el sombreado o el brillo. Por contra veremos aumentar el tiempo de secado.
- Superficie lisa o con textura: el acabado liso es el del papel habitual que usamos a diario, que muestra una lámina suave y uniforme, mientras que la textura remite a formas tradicionales de fabricación de los pliegos, creando una superficie con algo de rugosidad que proporciona un toque de elegancia a los textos, como el papel verjurado.
Conclusión
Desde mi experiencia personal y hablando de estas dos cualidades fundamentales, debemos tener claro lo que buscamos para poder elegir bien:
- Si estamos interesados en una escritura pausada, artística, en la que se plasme toda la belleza de nuestros trazos, será fundamental buscar papeles satinados. Siempre vendrá bien un papel de cierta consistencia (peso), a partir de 80 g, pero también existen productos más delicados como el Tomoe River de 52 g, que se tienen un gran comportamiento y un acabado de lujo.
- Por contra, si buena parte de la actividad va a ser en ambientes más “mundanos”; trabajo, estudios, anotaciones dispersas, o bien se van a escribir grandes volúmenes de texto, puede que interese más centrarse en la velocidad de secado y en la consistencia del papel; a partir de 90-100 g, siempre intentando evitar un producto de baja calidad que “sangre” en exceso y emborrone la letra.
precio
El precio de los artículos de mayor calidad se multiplica respecto a las opciones más sencillas. No obstante podemos encontrar alternativas bastantes económicas en papeles de uso general (folios, hojas sueltas) con los que lograr resultados muy adecuados.
tamaño

Los habituales para uso estándar son el A4 (210 x 297 mm) y A5 (148 x 210 mm). Además, contamos con tamaños específicos para libretas, diarios de viajes, etc.
Color del papel
Sí, hay vida más allá del blanco. Si pasas muchas horas frente a la página, escribiendo o leyendo, se recomienda una tonalidad crema o marfil que provoca un contraste menos marcado con la tinta que el blanco puro. Incluso puedes encontrar papeles en tonos suaves de verde, azul, etc.
Eso sí, ten en cuenta que el color del papel afectará decisivamente el matiz que adoptará la tinta, lo que puede producir un resultado diferente al esperado.
patrones
Los más habituales son liso, punteado, con líneas y con cuadros. También están disponibles hojas con patrones o adornos especiales para escritos específicos como cartas o invitaciones.
Últimamente se ha extendido el uso del punteado, derivado del auge de los diarios. Éste permite tener una guía poco intrusiva para nuestras composiciones, ya sean escritos, dibujos, esquemas, etc.
Por último señalar el Seyes o pauta francesa, que es apropiado para practicar nuestra caligrafía.
formato
Hay una presentación adecuada para cada uso: folios para apuntes casuales o para archivar, bloc de notas para llevarlo siempre contigo, libreta/cuaderno para una agenda o diario, cuadernillos para tomar apuntes, etc.
composición
El papel se fabrica generalmente con pulpa de madera, algodón, o una mezcla de ambos. Se considera que la presencia de algodón proporciona una mayor durabilidad, pero no suele ser un aspecto a considerar a la hora de elegir nuestro papel.

Llegamos así al final de esta guía donde se repasa todo lo que un buen papel puede hacer por tu escritura. Espero no haberte generado más dudas que certezas, porque hay que reconocer que el de los papeles es un mundo abrumador por la cantidad de opciones, presentaciones o estéticas.
No obstante, si necesitas inspiración para realizar tus primeras pruebas puedes visitar la selección de libretas para comenzar a escribir con pluma o un análisis sobre el uso de hojas sueltas y estilográfica.
Si lo tuyo son los diarios, tienes disponibles análisis de los modelos más destacados de diarios organizados, tipo bullet journal, y creativos, si te apetece escribir de forma más libre.
¿Por qué papel te has decidido finalmente?, ¿ha ido todo como esperabas?.
Nos leemos por estas páginas. Hasta pronto.
Deja una respuesta