Tras la caída de Roma su legado cultural siguió vivo, tanto en la parte oriental del imperio, Bizancio, que evolucionaría en un camino que lo alejaría del seguido en la Europa occidental (religión ortodoxa y alfabeto cirílico) como en los pueblos bárbaros que habían propiciado su derrumbe. Estos adoptaron su cultura, empezando por su alfabeto y la tradición caligráfica romana, a partir de los cuales desarrollan las denominadas escrituras nacionales, y también la religión cristiana, principal motivo literario en la alta edad media.
El imperio que formó Carlomagno (desde finales del siglo VIII a finales del siglo IX) promocionó una mejora cultural y educativa basada en una escritura, la minúscula carolingia, con influencias romana, inglesa y árabe.
Al mismo tiempo aparecía la escritura irlandesa, llamada «insular», con notable influencia en Europa. Ésta era muy legible, económica y dotada de numerosas abreviaturas.
También destaca, por sus bellas y simples formas, una evolución de la imperial romana usada para títulos e imaginativas capitulares: la lombarda.
Hasta finales del siglo XII los monjes copistas monopolizaron la práctica de la escritura, que en estos siglos se enriquece con ilustraciones y decoraciones en color, influencia del arte bizantino.
Era un trabajo largo y minucioso que necesitaba la participación de varios especialistas: calígrafos que realizasen textos de gran belleza, iluminadores que elaboraban la decoración de capitulares y cenefas decorativas, y miniaturistas para ilustrar los textos con imágenes.
Minúscula insular
La escritura insular se desarrolla al tiempo que la evangelización de la isla por san Patricio (siglo V). Las letras más importantes desarrolladas en las islas fueron la semiuncial irlandesa y la minúscula insular.
Mientras que la semiuncial irlandesa se reservaba para obras de lujo con exquisita decoración, la minúscula insular se destinaba a usos corrientes, como anotaciones al margen en los textos. Sus letras eran ágiles y puntiagudas. El trazado es sencillo pero parsimonioso, con largas ascendentes y descendentes, empleando frecuentes abreviaturas.
Esta letra se mantuvo en uso hasta finales del XIII, diseminada por el continente gracias a monjes misioneros irlandeses quienes influyeron en la aparición de la escritura carolingia. Sirvió también de modelo para los caracteres tipográficos empleados en la impresión de textos gaélicos.
Foto: Bede, Historia ecclesiastica gentis Anglorum de British Library.
Uncial artificial
La escritura uncial fue el nexo de unión entre la Antigüedad tardía y el comienzo de la Edad Media. Cuando la iglesia adoptó la escritura carolingia en el siglo IX, la uncial pasó a servir de mayúscula. Su amplia difusión dio lugar a variantes locales de las que derivaron, entre otras, las mayúsculas góticas.
La uncial artificial nace alrededor del siglo VI en las abadías inglesas, como una versión elaborada del modelo clásico.
En la época precarolingia, mientras la uncial clásica perdía refinamiento, la artificial se expandía por el mundo franco gracias a su poder evocador y su apariencia casi mágica.
Trazada con ángulos de plumilla variables, presenta engrosamientos oblicuos y verticales. Los extremos están decorados con finos remates que complican su ejecución.
Con su estrecho interlineado, la uncial es una letra relativamente redonda y generosa. Proporciona un aspecto compacto y bien estructurado del texto, dotándolo de fuerte personalidad. Esta escritura puede usarse en el cuerpo del texto, asociándola con mayúsculas de algún otro alfabeto, o bien solamente en los títulos de un texto escrito en cancilleresca, humanística, carolingia, gótica, etc.
Foto: Vespasian Psalter de British Library.
Merovingia
Nace tras la caída del Imperio Romano, siendo utilizada por los reinos francos durante el dominio de la dinastía merovingia (siglos VI a IX). Supone la transición entre la cursiva romana más evolucionada y la minúscula carolingia, sirviendo como modelo a varias escrituras diplomáticas desarrolladas con posterioridad.
Su grafía resulta difícil de descifrar: de trazo irregular ligeramente inclinado a la izquierda que genera letras estrechas y superpuestas. La abundancia de ligaduras y florituras, así como la ausencia de espacio entre palabras y frases dificulta aún más su lectura.
Emparentada con esta letra surge la escritura visigótica en España que, acuciada por sus mismas carencias, acabará siendo desplazada por una versión local de la minúscula carolingia.
Carolingia
Creada en la época del emperador Carlomagno la minúscula carolingia, o simplemente carolina, se impuso como la escritura de la Alta Edad Media. Sus características más destacadas, como el trazo redondeado y armonioso, forjaron las bases de la escritura actual.
Representa el primer intento de establecer una escritura común a Europa Occidental, junto a la pretendida unión política, tras la caída de Roma en el siglo V.
Y es que el desorden político generado por las oleadas de bárbaros desemboco en la proliferación de dialectos y alfabetos locales, lo que deterioró la comunicación internacional.
Para solucionar esta situación, el emperador Carlomagno (siglo VIII) encomendó al erudito inglés Alcuino de York, la creación de una escritura clara y legible. Ésta recoge la tradición de los alfabetos que la precedieron, como las insulares y la merovingia.
Su trazo armonioso es idóneo para la escritura de documentos oficiales. Desprovista de mayúsculas, tiene una importancia fundamental en el desarrollo de las letras minúsculas.
Aunque en la época carolingia se respira la sobriedad de una cultura monástica, posteriormente se usaron diversos tipos de letras mayúsculas como acompañamiento: capital romana, uncial o rústica.
Otra aportación fundamental del alfabeto carolingio fue la introducción de los signos de puntuación en los manuscritos.
A finales del siglo XI, la anatomía de este alfabeto evoluciona hacia una letra más condensada, la gótica, que trataría de utilizar el menor espacio posible para los textos debido a la difusión del caro pergamino como soporte de escritura.
Los italianos mantendrían la forma redonda y generosa de la escritura carolingia, dando lugar a la escritura humanística en el siglo XV.
Lombarda
A pesar de su nombre, su origen tiene poco que ver con la región italiana de Lombardía, pero con el tiempo su uso se generalizo para denominar a esta letra fruto de la evolución de la imperial romana y la uncial. De hecho ciertos autores la ven como una versión simplificada de la imperial, diseñada para su uso con plumilla en vez de con cincel.
Aparece en el siglo XII, al tiempo que la gótica primitiva, y pervive durante el periodo de vigencia del gótico hasta su desaparición alrededor del siglo XV.
Esta letra es especial ya que sus caracteres son dibujados, más que escritos. El trazado de esta escritura es muy característico, ejecutado en etapas: primero se delinean los contornos con lápiz o una plumilla fina y después se rellenan con pincel.
Se la llama también torneada debido a su ejecución: la página se va rotando a medida que se va trazando la letra, cuya base suele ser la forma circular. De hecho, cada letra se organiza sobre dos trazos básicos: el círculo y el asta, cuyos extremos quedarán ligeramente curvados, finalizando en remates realizados con un solo trazado de la parte fina de la plumilla.
Tienen una libertad artística superior a otras letras, estando limitado su trazado únicamente por la fantasía y la pericia del escribano.
Su espectacular aspecto hace que se destine principalmente a crear títulos, y es que frente a las mayúsculas góticas, tienen una presencia adecuada para crear palabras e incluso frases sin perder claridad.
En el siguiente capítulo veremos las letras bajo medievales y renacentistas, encabezadas por la famosa escritura gótica, que tan diversas sensaciones, aunque siempre poderosas, evocan.
Nota: las fotos que aparecen sin atribución pertenecen al libro de Julien Chazal Caligrafía, la guía completa.
Phedra Rodríguez says
Muy interesante información, gracias!!
admin says
Me alegro que te guste Phedra. Un saludo.
Por tu comentario muchas las gracias!
Fantástico, cuánto hay por aprender todavía!!! Gracias por tu esfuerzo en resumir tantísima información y divulgarlo. Salu2 caligráficos
Muchas gracias por compartir el trabajo que realizas, me ha ayudado mucho.
Estupendo haberte ayudado Helen. Tu comentario también me ayuda a mi. ¡Un abrazo!